A UN AÑO DEL GOBIERNO DE BORIC: NULO AVANCE EN LOS DERECHOS MAPUCHE Y RETROCESO EN LA ADHESIÓN DE LA SOCIEDAD CHILENA HACIA NUESTRA LUCHA

 

Wallmapu, territorio de la nación mapuche, marzo de 2023

A un año del gobierno “transformador” de Gabriel Boric, los mapuche no podemos sino sacar cuentas negativas de su corto andar; exceptuando por su puesto a los que colaboran o están en el gobierno de manera directa o indirecta. De una total ingenuidad política resultaron algunas celebraciones de muchos mapuche en Wallmapu tras el triunfo de Boric, a quienes en su minuto le señalamos que “mientras no avancemos un centímetro en la conquista de los derechos mapuche, no hay nada que celebrar”. Y ¿qué hay hasta ahora? Sencillamente nada. Al contrario, todo indica que -en lo que va del gobierno- hemos retrocedido una enormidad especialmente en lo que se refiere a los aspectos simbólicos y subjetivos de adhesión a la “causa mapuche” en vastos sectores de la sociedad chilena, particularmente en la juventud, curiosamente justo bajo el gobierno de un “joven” presidente (al menos en edad). Alguien, con razón, podría discutir que esto último viene aconteciendo como proceso desde ya hace unos años atrás, pero de que se ha afianzado en el marco del giro discursivo (y fáctico) del gobierno respecto de lo mapuche junto al fracasado proceso constituyente y la militarización del Wallmapu es algo indiscutible dado el rol que ha jugado Boric especialmente a raíz de sus volteretas discursivas y prácticas frente al tema.

Todo ello ha ocurrido, incluyendo cierta euforia de sectores autodenominados “intelectuales mapuches” que con rebuscadas publicaciones hablaban -incluso- de una “mapuchización” del estallido social. Aquello, a partir del comercio callejero en que unos vendedores ambulantes se internaron al interior de las multitudinarias marchas santiaguinas con triciclos repletos de banderitas plásticas made in china que resultaron atrayentes y contestatarias para miles de manifestantes, pero ¿Qué pensará hoy ese manifestante respecto, por ejemplo, de la devolución del territorio al pueblo mapuche? Boric entre ellos.

Hoy, con los militares como guardias privados de las forestales y terratenientes agrícolas sencillamente no se puede conversar. Impresionan algunos inauditos niveles de entreguismo o yanakonismo de personeros que han sugerido “dialogar” con las forestales orientado a la obtención de réditos parecido al “royalty minero” para las comunidades ¿alguien que dice defender los derechos mapuche -en su sano juicio- se sentara con las forestales luego de ser ellas los primeros responsables en el aumento de la sequía y de los incendios en Wallmapu? o ¿alguien puede “adherir” a tal o cual “declaración” de un ministro de gobierno cuando tienen hoy a los militares asediando a las comunidades y organizaciones que luchan?.

Mismo camino inconducente, a partir de las señales, le espera a la Comisión de “paz y entendimiento” anunciada por Boric con fines propagandísticos de apropiación y manipulación del próximo bicentenario del parlamento de Tapilhue en el 2025; sobre lo cual se debe dejar establecido un mínimo ético para todo mapuche que allí quiera participar: con los militares custodiando los fundos y las forestales no existe posibilidad de conversar. Habíamos estimado inicialmente a ésta como una idea “sensata” al abordar el tema de las “tierras antiguas” a partir de una comisión de alto nivel. Sin embargo, hasta ahora se aprecia como un proceso tramposo más inclinada a buscar la venia de los señores feudales que de las “víctimas” del despojo, y cuyo plazo de entrega de resultados va amarrado al término del gobierno para pasar a la historia como “una comisión más”, ello sumado al rol que viene tomando el ex jefe de gabinete del mandatario luego de una torpe y fracasada gestión política, además de la indigenista ONG de la que hace parte.

La discusión de si éste es o no un gobierno transformador está superada, es un hecho que -tal como ya lo anunciáramos- se ha ido configurando como una nueva Concertación con rostros nuevos, bajo los mismos “principios” que van desde Aylwin hasta Piñera. Vale decir, “crecimiento macroeconómico con paz social”, “gobernabilidad”, “cambios en la medida de lo posible”, “inversión extranjera”, “gestionar las contradicciones que significa gobernar” (Senador Latorre), “bonos” y aplicación a rajatabla de la subsidiaridad del estado (vía iniciativas concursables, postulaciones etc). Aquí, es en este último aspecto es donde profita el empresariado y los amigos de las departamentales (ministerios, corfo, conadi, etc etc). ¿Qué cambiara entonces? Todas los estimaciones apuntan a la mantención de estatus quo tanto para la sociedad chilena como para el mundo mapuche. En este caso, los mapuche tendremos que seguir “postulando” a un subsidio de tierras, “postulando a la beca indígena, postulando, postulando … ¿y los derechos colectivos? Es algo que con seguridad se verá “en la medida de lo posible” según cuan consagrado aparezca en la nueva Constitución, cuyo proceso ahora lo dirigen los partidos políticos desde el Parlamento, desde donde nada bueno se puede esperar teniendo en cuenta sólo los últimos 30 años desde la “ley indígena”.

En síntesis, los mapuche no tenemos muchas opciones más que la continuidad de la lucha territorial especialmente contra el latifundio y las forestales en sus diversas expresiones. Lucha a la cual, una vez concluido este gobierno y venga el turno de la extrema derecha, volverán sus ex funcionarios y operadores despedido a acercarse al movimiento para “hacer algo” buscando congraciarse con los principios que sostienen nuestra causa colectiva como son la autonomía y la restitución del territorio orientadas por el Azmapu y el Itxofillmogen.

En tiempos de definiciones, como mapuche debiera ser motivo de orgullo tener dirigentes querellados por el ministerio del interior y las empresas forestales, en el marco del control territorial.

Por la restitución e integralidad del Wallmapu, el territorio histórico de la nación mapuche. Marichiwerw¡¡¡

Comunicaciones PuLofMapuXawün