PREGUNTAS MAPUCHE PARA
EL FRENTE AMPLIO, EL “NUEVO REFERENTE” DE LA IZQUIERDA CHILENA.
Un sector importante de la sociedad mapuche actual observa
con atención el proceso político chileno y su herencia y transmisión mediante
castas desde la constitución misma del estado 200 años atrás, herederos que van
desde sus criollos fundadores hasta mercenarios “eruditos” y militares europeos
contratados para la defensa de su poder, o colonos traídos para “civilizar”,
“producir” y “mejorar la raza”. En ese breve recorrido histórico del estado,
han emergido distintos actores sociales organizados o individuales, cuyos
slogans y consignas han transitado desde la “libertad”, el “voto popular”, “educación
popular”, “un obrero, un combatiente”, “la tierra para quien la trabaja”, “reforma
agraria”, “universalidad de la universidad”, “rebelión popular de masas”,
“hasta la victoria siempre”, “poder popular”, “educación pública”, “asamblea constituyente” (moda muy oportuna hoy por hoy), etc.. Muchas de las cuales, teniendo raíces
“populares” rápidamente han sido apropiadas y cooptadas por parte de políticos e “intelectuales” de las élites, para ser incorporadas torcidamente como “política pública”, no sin
previo pago de los correspondientes costos o alto precio por parte de los excluidos de siempre (muerte,
fusilamientos, cárcel, tortura, ejecuciones).
En la actualidad, muy probablemente, los movimientos,
partidos y agrupaciones sociales y estudiantiles en los que participan los
diputados chilenos Jeorgio Jakson y Gabrial Boric sean quienes encarnen una
buena parte de las disputas por el poder del Estado, en el escenario político
futuro al interior de las élites chilena y sus futuros gobernantes. Esto,
pareciera comenzar a perfilarse luego de las recientes elecciones municipales
donde la gran mayoría de los chilenos y de los mapuche no votó. Personeros que,
acompañados de las agrupaciones señaladas han demostrado la posibilidad cierta
de romper con el famoso “duopolio” del cual MEO tanto habló y finalmente no fue
capaz de lograr gracias –entre otras causas- a su marcado personalismo al cual
SQM le ha puesto la lápida tanto a él como a algunos de sus derrotados aliados.
Especial atención merece lo ocurrido en la ciudad de Valparaiso con la elección
del nuevo alcalde.
No nos corresponde a los mapuche (como colectivo) preguntarnos
acerca de la adscripción ideológica formal (occidental) de este nuevo conjunto
político emergente, pero sí de su concepción de Estado-nación, en el contexto de la
experiencia histórica de los procesos de construcción del estado-nación en el
mundo y su relación de poder con las colectividades nacionales o pueblos que
forzadamente han quedado “a su merced”.
Este "nuevo referente", –¿posible “frente amplio”?- públicamente ha venido
esbozando un discurso vinculado a la izquierda alejada de aquella que dice ser izquierda
administrando el modelo neoliberal
(Concertación y/o nueva mayoría); y han planteado –entre otras cosas- la asamblea constituyente como la mejor
herramienta para un proceso de transformación del modelo chileno y las
relaciones de la sociedad en sus distintos niveles, con una fuerte vinculación
participativa de los llamados “movimientos sociales” orientado a la conquista
de derechos sociales con un estado capaz de garantizarlo. ¿quieren más estado?.
Y respecto de los derechos mapuche, han dado muestras de
solidaridad con los presos políticos, visitado comunidades militarizadas y
denunciando la criminalización de la “protesta social mapuche”. Todo eso,
parece generar una natural simpatía tanto entre los jóvenes como entre algunas
agrupaciones mapuche y estudiantiles a nivel general.
Si bien, no buscamos aquí abordar las propuestas, discusiones
ni supuestos ideológicos ni menos de las proyecciones que se vienen
configurando bajo este naciente “actor” político chileno (de existir
articulación futura), lo cierto es que -bajo un probable escenario de irrupción
en el poder del Estado- podemos
plantearles algunas interrogantes de futuro, orientadas especialmente a las
relaciones chileno-mapuche, que debieran ser maduradas dado el carácter
colonial del estado que buscan transformar, y cuáles serán las ideas que allí
promoverán: ¿Cómo definen conceptual y operacionalmente al Estado nacional, y
cómo esa concepción se diferencia de las concepciones de la izquierda
tradicional o clásica?. Si hasta hoy, el Estado por medio de sus sucesivos
gobiernos ha destruido planificada y sistemáticamente el modelo organizacional
mapuche ¿reproducirán esa tradición o devolverán al pueblo mapuche la libertad
jurisdiccional del ejercicio de autoridad al igual que el territorio?. Entendiendo
que el poder es salvaguardado por dispositivos de todo tipo, entre ellas las
fuerzas represivas armadas, ¿cómo controlarán su ingobernabilidad, su poder
paralelo al interior del estado y su interdependencia histórica con las élites
dirigentes?. ¿Cuáles serán los mecanismos a través de los cuales se
relacionarán –desde el poder del estado- con los pueblos indígenas? ¿Optaran
por devolver el territorio al pueblo mapuche para ejercer libremente su forma
de vida u optarán por los clásicos mecanismos integracionistas de incorporación
de “representantes indígenas” al interior de los distintos poderes del estado
como forma de “administrar el conflicto”? ¿Qué procedimientos adoptarán para la
cuantificación y determinación de la deuda histórica del estado con el pueblo
mapuche y los mecanismo de pago?. Interesante sería conocer también la noción
de “diálogo” en la que se moverán, que hoy que es sinónimo de manipulación,
engaño y cooptación.
Por último, señalaremos la necesaria distinción a tener en
cuanta en el rol de los actores sociales de determinados contextos. Ser
estudiantes y dirigir sus demandas en un determinado momento no implica
necesariamente, trasferir esas capacidades de conducción a otros planos y desde
otra posición, no parece real. Sin ánimo de comparación, muchos líderes
estudiantiles que lucharon contra la dictadura terminaron en las agencias de
administración y departamentales heredadas de ella; al igual que cierto
discurso “radical” de personas mapuche. Distinción necesaria para manejar las
expectativas que se puedan tener según el entusiasmo, la voluntad o el discurso
persuasivo de un determinado momento.
Reflexión aparte nos corresponde hoy a nosotros los
mapuche respecto al modo de relacionarnos con los wigka y sus sucesivos gobiernos, como también, cuestionarnos si quedamos atrapados del lenguaje y lógicas ajenas en el marco del proyectos estatales (AC, ONU, escaños reservados, etc), o
si apostamos por afianzar el proceso de “reconstrucción” interna basadas en el
autorreconocimiento como nación (Taiñmapunchegen mew).
PULOF Nvxam - ATM